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Mitos y Realidades del Alcoholismo

Mitos y Realidades del Alcoholismo

Existen diversos factores y creencias erróneas que pueden llevar a una persona a caer en el alcoholismo, entre ellos, pensar que el consumo de alcohol es una práctica común o controlable en las personas.

Mito: Lo puedo controlar

Cuando el consumo de alcohol se hace cada vez más presente, es común escuchar que es algo que pueden controlar y dejar cuando quieran, asumiendo que tienen el control y deciden hasta qué punto beber, por ejemplo, en una reunión o fiesta solo algunas copas.

Realidad

Al inicio es una realidad, es posible decidir tomar una o dos copas, incluso como acompañamiento en la cena. Sin embargo, los familiares o amigos son los primeros en notar que el consumo cada vez va en aumento.

Además, hay ciertos factores que determinan la reacción del alcohol en una sola o diferentes personas, como el peso, la hora del día, estado de ánimo, edad, entre otros.


Mito: Hace olvidarme de mis problemas

Al igual que quienes consumen estupefacientes, lo hacen con el objetivo de olvidarse de los problemas o situaciones no gratas por las que están pasando.

Realidad

Esta es una de las razones que inducen el alcoholismo, ya que una vez que pasan los efectos, lo consumen nuevamente para no enfrentarse a la realidad, estar bajo los efectos del alcohol, no permite enfocar los pensamientos en la realidad, incluso, beber en exceso provoca amnesia temporal.


Mito: Tomar poco porque voy a manejar

“Solo unas copas porque me toca manejar o soy el conductor designado” es una de las frases más comunes en alguna reunión. Incluso hay personas que deciden tomar, aunque sea un porque conocen perfectamente el camino de regreso y no ven ningún problema en estar frente al volante.

Realidad

Si vas a una fiesta y tienes pensado tomar algunas copas con tus amigos, evita manejar, es preferible tomar algún transporte particular.

Intentar algún método para tratar de “engañar” al alcoholímetro y evitar una multa, puede causar graves consecuencias.

El efecto del alcohol provoca movimientos aletargados, somnolencia, reduce la capacidad de reacción, problemas para concentrarse, poca coordinación, visión borrosa y dificultad para realizar el cálculo adecuado de la distancia.


Mito: Beber seguido ayuda a emborracharse menos

Existe la creencia que beber de forma frecuente hace que el cuerpo se emborrache menos o que tenga un mayor aguante antes de embriagarse.

Realidad

Si consumes de manera frecuente bebidas alcohólicas, no es que consigas emborracharte menos, lo que sucede es que aumenta la tolerancia y los efectos inmediatos son menores o no son percibidos de la misma forma; sin embargo, la coordinación, visión, reflejos, etc., si disminuyen su capacidad, además, al no sentirlos, provoca que la persona siga bebiendo más.

No se trata solamente de evitar los efectos notorios al momento, si aumenta la resistencia al alcohol, puede aparecer otro problema a largo plazo como cirrosis, enfermedades cardiovasculares, digestivas, etc.


Mito: Si bebo es mi problema

Cuando se vuelve notorio el consumo constante de alcohol, es común que algún miembro de la familia y amigo realice la observación, regularmente la respuesta es negativa o incluso, agresiva al decir que al beber es totalmente su problema y sabe lo que hace.

Realidad

La realidad es que, no solamente quien bebe alcohol se ve afectado, su entorno familiar y social también se perjudica. En el círculo familiar, si es alguno de los padres, inevitablemente, afecta el desarrollo, ambiente y visión de los hijos o algún otro integrante.

En cuanto a los amigos, sin duda estar en un ambiente influenciado por el consumo excesivo o constante del alcohol, puede provocar el acercamiento o alcoholismo de otras personas.

El ámbito laboral también se ve afectado al no rendir adecuadamente o incluso llegar borracho al trabajo, que también puede provocar accidentes.

Sin olvidar, por supuesto que quienes consumen bebidas alcohólicas y manejan, provocan accidentes severos y hasta mortales en donde se ven involucradas personas completamente ajenas.


Mito: Una fiesta sin alcohol no es divertida

Es común en los adolescentes pensar que una fiesta forzosamente debe tener alcohol para poder divertirse y pasarla bien, incluso otra falsa creencia que va de la mano es pensar que quien no toma en una reunión es “amargado”.

Realidad

Es probable que, si consumes bebidas alcohólicas en una fiesta, te sientas más feliz y desinhibido, pero puedes hacer una reunión sin la necesidad de consumir este tipo de bebidas.


Mito: Sólo los débiles se vuelven alcohólicos

Como parte de la negación o por demostrar poder y seguridad, hay personas que afirman que solamente las personas débiles de carácter son quienes se vuelven alcohólicos.

Realidad

Pasar por algún evento difícil como el luto, depresión, problemas familiares o laborales, son factores que pueden provocar el acercamiento al alcohol, pero sus efectos y consecuencias, no distinguen, edad, nivel escolar, socioeconómico o carácter.

Quien está inmerso en el alcohol no está consciente del daño a sí mismo y su entorno, es hasta que comienzan a recibir una terapia que pueden darse cuenta de la realidad, por eso no hay que esperar hasta que sea algo incontrolable para buscar ayuda.

Si crees que puedes tener alcoholismo o has detectado que un familiar o amigo está consumiendo bebidas alcohólicas de manera frecuente, no seas ajeno al problema, contacta con Comunidad Terapéutica Margaritas para recibir información y atención oportuna.

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