Heridas de la Infancia en la Adultez
Las heridas emocionales se manifiestan de manera inconsciente a través de máscaras o como mecanismos de defensa ante situaciones que evocan inseguridad o miedo, estos patrones de comportamiento se activan reabriendo la herida y afectando la capacidad de la persona para desenvolverse plenamente en la vida.
Las heridas de infancia pueden generar secuelas psicológicas o física en la vida adulta, incluyendo, depresión, ansiedad, trastornos alimenticios, problemas de autoestima, dificultad para establecer relaciones sanas y dependencia emocional. Estás heridas también pueden manifestarse como comportamiento de auto sabotaje, agresividad o abuso de sustancias. El cerebro infantil se molde por las experiencia tempranas por lo que, un entorno negativo pueden generar patrones emocionales duraderos.
Algunas de las consecuencias psicológicas y emocionales son:
- Baja auto estima
- Produciendo una auto imagen distorsiona y una constante aprobación externa pues no se reconoce su propio valor.
- Problemas de relaciones interpersonales
- Presenta dificultades para confiar, establecer límites saludables o mantener vínculos estables y de confianza.
- Mecanismos de defensa dañinos
- desarrollando actividades agresivas o de indiferencia como protección que impide relacionarse auténticamente.
- Problemas de salud mental
- Aumenta el riesgo de desarrollar depresión, trastorno de ansiedad, ataques de pánico y estrés postraumático.
- Impacto en la salud física y el comportamiento
- Trastornos físicos
- Trastorno alimentarios
- Abuso de sustancias
¿Cómo impactan en el desarrollo neurológico?
- Estructura cerebral
- Las experiencia tempranas principalmente el estrés, pueden moldear la estructura normal del cerebro, patrones emocionales duraderos,la sobreexplotación de la amígdala puede generar un estado de alerta constante y patrones emocionales que perduran en la adultez.




